El negocio de las aseguradoras consiste en brindar un apoyo económico al usuario en caso de algún accidente o muerte, sin embargo, las aseguradoras difícilmente van otorgar las indemnizaciones pues usualmente, no se otorgan seguros de vida a personas mayores de 65 años, y en caso de ser cliente desde hace varios años y llegar a una edad de «riesgo» para las aseguradoras, las primas irán en aumento.
«Cada año que pasa, al hacernos mayores, disminuye la probabilidad de tomar las uvas el año siguiente”, palabras del director técnico de la correduría Lluch y Juelich, Carlos Lluch. Sin embargo este no es el único aspecto que se toma en cuenta para establecer la revalorización de las primas que se deberán pagar para poder contar con un seguro de vida.
Otro factor importante usado como motivo de exclusión para la expedición de un seguro de vida es la profesión. Normalmente, quedan excluidas las personas que ejerzan una profesión riesgosa, “Se suele rechazar a bomberos, policías y militares, entre muchas otras profesiones, por lo que, al contratar, es muy importante asegurarse de que no estamos en la lista negra, de lo contrario, estaremos pagando por nada”, advierte Lluch.
Es importante mencionar también que en caso de que se desee contratar un seguro de vida, es necesario, aparte de los puntos antes mencionados, conocer el producto; sus limitantes y coberturas, “es necesario saber qué ofrece cada producto, las diversas formas de indemnización que tiene, las limitaciones que pueda conllevar o si se puede personalizar añadiendo o quitando coberturas”, sugiere Velázquez.
Finalmente, Lluch subraya la importancia de conocer el costo que el seguro de vida tendrá año con año, especialmente con los que se rigen bajo un plazo forzoso de al menos 12 meses, “En estos casos, aunque las primas se vuelvan extremadamente caras, el cliente se ve condenado a seguir pagando, porque ya no tiene la capacidad de anular o cambiar el seguro”, concluye.