Las aseguradoras ofrecen cada vez más programas enfocados en la prevención de siniestros; en el caso de los seguro para autos se han implementado programas que recompensan con descuentos para la renovación de póliza en caso de haber sido un buen conductor, todo esto medido mediante parámetros de seguridad vial y eficiencia energética.
Un factor importante en todo esto es la tecnología, específicamente para este caso el llamado “internet de las cosas”. Algunas aseguradoras han comenzado a implementar pulseras capaces de monitorear los hábitos alimenticios, signos vitales y estado de salud actual de sus clientes con fines de ofrecer medidas preventivas para posibles percances en su salud.
“La mayor ventaja para la aseguradora es la oportunidad de mantener un contacto continuado con el cliente, conseguir su satisfacción, aumentar su percepción de marca y, por supuesto, en cierta medida, reducir la posibilidad de siniestros”. Comenta Carlos Lluch, director técnico de la correduría Lluch y Juelich.
Sin embargo, existe el lado oscuro de todo esto, pues las aseguradoras podrían dejar de renovar pólizas en caso de que sus clientes dejen de ser rentables para ellas, basandose en los datos recabados por las pulseras, siguiendo con el ejemplo de los seguros de vida. “La inteligencia artificial utiliza la medición exacta de la degradación de la salud del individuo que todas estas herramientas proporcionan, para pronosticar el año en el que empezará a tener problemas mayores”, explica Lluch.
Una vez que el cliente deje de ser rentable para la aseguradora o bien, “consuma más del 65% de lo que paga por su póliza”, la compañía podría aplicar la Ley de Contrato Seguro, la cual menciona en su artículo 22 que con un preaviso de dos meses antes del vencimiento, la aseguradora puede oponerse a la prórroga de la póliza.
Con base en todo esto, surge la preocupación de una posible exclusión a clientes no rentables para las aseguradoras: “¿Y qué podría pasar dentro de unos años si llegáramos a excluir de las pólizas de salud a todos aquellos que rechacen utilizar la pulsera de actividad o si esta proporcionara datos no conformes a los que espera la compañía?”, se pregunta Lluch. “Pasará lo mismo que con los seguros del coche, por los que, si tienes 18 años y acabas de sacarte el carné, eres poco menos que un apestado”, asevera el broker.