Ciudad de México 7 noviembre._ Para que el país pueda continuar con su recuperación es necesaria una reforma fiscal que establezca impuestos al patrimonio y una escala de gravámenes a los sectores de más altos ingresos, además de incluir al sector financiero.
En 2020 México destinó 1.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y se recuperó la economía. Este “paracaídas” fue muy acertado, pues permitió que cerca de 50 millones de personas recibieran dinero durante la pandemia, afirmó el académico del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, Óscar Ugarteche Galarza.
Tenemos un problema fiscal que hay que resolver para que su aportación suba a 25 por ciento del PIB y la economía tenga suficientes recursos, que permitan al Estado promover que la economía camine, refirió.
“Mi visión es que sí hay que cobrar impuestos a los que no los pagan, pero también hay que poner algunos impuestos al patrimonio. Una escala de impuestos a los sectores de más altos ingresos, lo que se llama ingresos de renta y por rentabilidad de las acciones. Casi todo el sector financiero está exonerado de impuestos”, aseguró.
Urgen empleos
Dar becas y préstamos a algunos sectores de la población, reiteró, evitó mayor contracción del PIB, que podría haber llegado hasta 30 por ciento y permitió crear una sensación de normalidad que en otros países no se percibe.
El especialista estimó que el PIB mexicano podría alcanzar el nivel que tenía antes de la emergencia sanitaria por SARS-CoV-2 en el primer trimestre de 2023. Sin embargo, alertó, la recuperación económica se desacelera a nivel mundial.
Expuso que estudios de la recuperación de otros países de América Latina y de diversas regiones del mundo, concluyen que las naciones que crecían poco antes de la pandemia se recuperaron mínimamente y las que lo consiguieron rápido, lo hicieron de manera acelerada. Por ello urge la reforma fiscal.