Como contratante de una hipoteca, surgen las dudas sobre qué tipo de tomar: hipoteca fija o variable. Por ello, en este post mencionamos las principales características de ambas modalidades para elegir con mejores fundamentos.
Para terminar, antes de decidirte por una hipoteca fija o variable es importante que analices tu situación financiera actual y futura para saber si podrás asumir los riesgos que podría suponer una hipoteca variable o si, por contra, te saldría más a cuenta ir a lo seguro para poder cumplir con las cuotas cada mes.
Hipoteca fija
Si lo que buscas es seguridad, tranquilidad, pagar siempre lo mismo, olvidarte de la hipoteca y el plazo es de más de 15 años, la opción es elegir la hipoteca fija. Además es donde probablemente encuentres mejores ofertas.
Contratar una hipoteca fija es una garantía de seguridad y de tranquilidad. Ahora mismo, es cierto que contratar una hipoteca variable puede ser una opción más atractiva debido a los bajos índices del euríbor, pero esto no nos asegura que más adelante no tengamos que pagar más.
Hipoteca variable
Si lo que quieres es arriesgarte un poco y crees que la hipoteca la vas a pagar en menos de 15 años, puede convenir elegir la variable.
A corto plazo, se prevé que el tipo de interés bajo se mantenga, por lo que las mensualidades iniciales serán más baratas.
No obstante, contratar una hipoteca variable significa asumir el riesgo de tener que pagar cuotas mucho más elevadas en el caso de que el euríbor se disparara. Así, antes de contratar este tipo de hipoteca es necesario hacer estimaciones de cuánto nos costarían las cuotas en el caso de que se diera el escenario de que el interés subiera de manera exponencial.
Por otro lado, una hipoteca variable está recomendada para personas que pretenden devolver el dinero a corto plazo, es decir, en unos 10 o 15 años. Por contra, si necesitas contratar una hipoteca con plazos más largos, te arriesgas a mayores fluctuaciones.