Al contratar un seguro para moto es importante tener en cuenta algunas de las características que resultan esenciales:
- La asistencia. Es menester que podamos estar tranquilos de que, ante cualquier eventualidad que pueda ocurrir con nuestro vehículo al circular, vamos a recibir soporte y/o ayuda.
- La inmediatez. Algunos casos pueden resultar urgentes o simplemente podemos necesitar una respuesta concreta ante una cuestión inminente.
- La eficacia. Además de depositar dinero mensualmente, depositamos nuestra confianza en que, de necesitarlo, el seguro va a responder adecuadamente por nosotros.
- El servicio integral. Es importante que el respaldo se sostenga desde el primer momento hasta el último, en todas las aristas en las que fuera necesario.
Tipos de seguro para moto
- Seguro de moto a terceros: Se trata del seguro obligatorio, ningún vehículo puede circular sin tenerlo. Este tipo de pólizas cubrirá los daños a la motocicleta o automóvil de terceros, así como los gastos médicos de terceros, pero nunca los del conductor. Dependiendo de la compañía también estaría cubierto el pasajero que pueda acompañar al conductor de la motocicleta, aunque algunas compañías dejan esta cobertura para pólizas con más nivel de protección.
- Seguro de moto a terceros ampliado: Este tipo de pólizas de seguro de moto van un paso más allá del seguro básico a terceros y incluyen algún tipo de extra que normalmente no suele ofrecer una gran cobertura o nivel de seguridad para la moto y el motorista. La principal desventaja de este seguro es que no cubrirá la motocicleta o los propios gastos médicos en caso de accidente. Es decir, pese a que incluye la cobertura en caso de robo, nunca se harán cargo de los gastos ocasionados en la moto o el motorista tras un accidente de tráfico.
- Seguro de moto a todo riesgo: es el que mayor cobertura de seguridad le dará tanto a la moto como al propio motorista, al que se le pagarán los posibles tratamientos por un accidente. Es importante darse cuenta de que aunque la política puede costar más, un inesperado suceso como un accidente, un robo o un incendio podría hacer que se tratara de la mejor inversión que hemos podido realizar y que no ahorraría gastos muy elevados.